Queridos amigos, os invito a transitar juntos mi blog.

Ven, vagamente,
ven, levemente,
ven solo, solemne, con las manos caídas
a tu lado, ven
y trae los montes lejanos junto a los árboles próximos,
funde en un campo tuyo todos los campos que veo,
haz de la montaña un bloque sólo de tu cuerpo...

(Fernando Pessoa)

20 junio 2014

Valle-Inclán en la I Guerra Mundial, novedad en Ed. Evohé-El Periscopio

Presentación del libro “Visión estelar de un momento de guerra: Verdún 1916” de Ramón del Valle-Inclán.
El lunes 23 de junio a las 1930 en el Ateneo de Madrid.
En el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial, la colección El Periscopio de Ediciones Evohé publica una edición crítica de los textos que escribió Ramón del Valle-Inclán tras su visita al frente durante la batalla de Verdún. La edición incluye, por vez primera, las entrevistas que Valle-Inclán concedió a diversos periódicos, en España y Francia, en aquellos días, así como estudios introductorios a cargo de Arturo Gonzalo Aizpiri y Jaime Alejandre, que abordan tanto los aspectos históricos como literarios que laten en la Visión estelar.
Ramón del Valle-Inclán (1866-1936), dramaturgo, poeta y novelista, fue uno de los grandes escritores españoles del primer tercio del siglo XX, destacado exponente del movimiento modernista y creador del esperpento como género literario. Con una personalidad excesiva y contradictoria, fue capaz de mantener una notoria filiación carlista (en 1910 se presentó a las elecciones en las listas del Partido Carlista) con un fuerte compromiso con la República (en 1927 participó en la creación de la Alianza Republicana). Su biografía incluye episodios tan impactantes como la pérdida de un brazo por amputación tras una pelea con su amigo Manuel Bueno en el Café Nuevo de la puerta del Sol, cuando Valle-Inclán contaba con 33 años.
Tras el inicio de la Primera Guerra Mundial, Valle-Inclán adoptó una firme posición aliadófila (más concretamente, francófila), contrariamente a la mayor parte de sus correligionarios carlistas. Junto a otros destacados escritores del momento (entre los que se encontraban Manuel Azaña, Azorín, Antonio Machado, Benito Pérez Galdós y Miguel de Unamuno), en julio de 1915 firmó el manifiesto de los intelectuales españoles que se declararon “solidarios de la causa de los aliados”. Ello le otorgó una considerable popularidad en Francia, y fue el propio gobierno francés el que invitó a D. Ramón a visitar el frente.
La visita tuvo lugar durante la primavera de 1916, cuando toda Europa se estremecía ante la magnitud y el coste en vidas humanas de la batalla de Verdún. Las impresiones de Valle-Inclán se recogieron en forma de crónicas periodísticas en El Imparcial.
En el centenario del inicio del conflicto que sería conocido como la Gran Guerra, El Periscopio ha querido poner en manos de sus lectores un testimonio único de algunos de sus momentos de mayor intensidad con Valle-Inclán como testigo deslumbrante de un tiempo simultáneamente cruel y heroico.

Os esperamos

11 junio 2014

Poetas en el aire




Queridos amigos, hace una semanas tuve la suerte de ser invitado por Sebastián Galán, Pedro Letai y José Luis Navarro a Radio Vallekas al programa "Poetas en el aire" donde pasé un rato delicioso entre amigos comprometidos con la difusión de la cultura.
Os dejo aquí el enlace que me mandaron, y un abrazo de bandoneón, jaime
http://www.poetasenelaire.com/2014/05/jaime-alejandre.html

03 junio 2014

Presentación de "Yosotros", de Julio Castelló





Os trascribo aquí la convocatoria hecha por Arturo Gonzalo Aizpiri de la presentación de la última novedad de nuestra editorial Intravagantes-Evohé que tendrá lugar el próximo viernes día 6 a las 1930 en el café Libertad 8.
Os esperamos


http://arturogonzaloaizpiri.blogspot.com.es/2014/06/presentacion-de-yosotros-de-julio.html

Julio Castelló es uno de esos poetas que nos brinda su obra con cuentagotas. Tal vez sea una cuestión de intensidad: su obra poética es tan impactante y abrasiva, está tan colmada de hallazgos, que parece ser preciso que nos sea administrada en dosis espaciadas para evitar el riesgo de deslumbramiento en ciertos rincones del alma.

Yo opino que bienvenido sea el deslumbramiento, que qué sería la vida sin esos poetas que nos hurgan por todas partes con sus palabras de dedos curiosos y afilados, pero quede eso para otro momento. Porque ahora nos llega una nueva obra de Julio, y es un libro como para hacer que la espera desde el último haya merecido la pena. Yosotros es un libro de poesía y parece tener aliento de otra cosa al mismo tiempo: se diría que late en él un aire insurrecto, primigenio, fundacional. Se diría que, sin proponérselo, expande la frontera de la poesía a territorios aún ignotos. Por eso no podía encontrar mejor colección para publicarse que Intravagantes.

Leo en las notas que he preparado para la presentación: Su lectura deja sin aliento: entre los dedos de Julio el lenguaje es como una arcilla hecha de un material desconocido para casi todos los demás. Su auténtico valor empieza allí donde los espejismos del poeta se hacen más ajenos, más esquivos; donde tan sólo nos redime la posesión común de un puñado de vocales y con-sonantes y un inexplicable aliento de humanidad de largo recorrido.

Él me responde con más precisión:

Escribo para no inventarme un dios
que me adormezca las horas.

No os lo perdáis. Os esperamos en el café Libertad 8 el viernes 6 de junio, a las 19:30.

01 junio 2014

Un gil

Lo dice el tango no por casualidad titulado “Fangal”:

“Fui un gil,
porque creí que allí inventé el honor.
Un gil
que alzó un tomate y lo creyó una flor.
Y sigo gil…”.
 
Una amiga, verdadera poeta, responde a la pregunta que, en mi enciclopédica ignorancia, me hacía yo sobre el último premio Hiperión en una entrada de este blog. Mi amiga me dice:

“He leído tu blog y respondo a tu curiosidad de saber si era una inocentada, si el resto de poemas son mejores o peores.


(La autora) es hija del asesor del festival internacional de poesía de granada (sí, en minúsculas en vista de tanto enchufismo) y director de una colección de poesía...

Me vuelvo a los cancioneros medievales para seguir escribiendo”.


Puestos a tanguear metamos aquí entero “Cambalache” aunque el siglo veinte ya haya sido tan superado por este veintiuno:


“Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también.
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseados.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso, estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón.

¡Qué falta de respeto,
qué atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón...
Mezclaos con Stavisky
va Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
junto a un calefón.

Siglo veinte, cambalache
problemático y febril...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás...!
¡Dale, que va...!
¡Que allá en el Horno
nos vamo’a encontrar...!
No pienses más; sentate a un lao,
que ha nadie importa si naciste honrao...
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley...”

Y adiós, completamente gil, con el tango “Las cuarenta”


“Con el pucho de la vida apretado entre los labios,
la mirada turbia y fría, un poco lerdo el andar,
dobló la esquina del barrio y, curda ya de recuerdos,
como volcando un veneno esto se le oyó acusar.

Vieja calle de mi barrio donde he dado el primer paso,
vuelvo a vos, gastado el mazo en inútil barajar,
con una llaga en el pecho, con mi sueño hecho pedazos,
que se rompió en un abrazo que me diera la verdad.

 Aprendí todo lo malo, aprendí todo lo bueno,
sé del beso que se compra, sé del beso que se da;
del amigo que es amigo siempre y cuando le convenga,
y sé que con mucha plata uno vale mucho más.

Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
y, si la murga se ríe, hay que saberse reír;
no pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!

La vez que quise ser bueno en la cara se me rieron;
cuando grité una injusticia, la fuerza me hizo callar;
la experiencia fue mi amante; el desengaño, mi amigo...
Toda carta tiene contra y toda contra se da!

Hoy no creo ni en mí mismo. .. Todo es grupo, todo es falso,
y aquél, el que está más alto, es igual a los demás...
Por eso, no has de extrañarte si, alguna noche, borracho,
me vieras pasar del brazo con quien no debo pasar”.