Queridos amigos, os invito a transitar juntos mi blog.

Ven, vagamente,
ven, levemente,
ven solo, solemne, con las manos caídas
a tu lado, ven
y trae los montes lejanos junto a los árboles próximos,
funde en un campo tuyo todos los campos que veo,
haz de la montaña un bloque sólo de tu cuerpo...

(Fernando Pessoa)

23 abril 2013

Diversidad poética actual. Mesa redonda y recital


Queridos amigos:
Ayer en el Café Comercial, un selecto grupo de Poetas Hazversos participaron en una lectura de poemas y una mesa redonda en la que reflexionamos sobre la diversidad poética contemporánea en nuestro país.
Varios de los intervinientes en la mesa redonda abordaron el tema de la relación entre la creación poética y el poder (poder en su diferentes versiones: político, mediático…).
Montse Cano nos recordó que la poesía no debe considerarse en sus fundamentos distinta de otros géneros y que debe abordarse desde principios esenciales para el artista: libertad y heterodoxia frente a la constricción de lo “normativo”. Terminó haciendo una reflexión sobre la necesaria e indiscutible relación en la poesía entre ética y estética, y el imperativo de la transgresión.
Maria Antonia Ortega hizo una reflexión sobre la poesía y la memoria individual y señaló que la poesía es el único conocimiento que no llena el corazón de soberbia. Opinó que política y poesía, como tantas realidades sociales, se parecen en que quieren transformar el mundo. Aquélla ganando el poder; y la lírica perdiéndolo. Señaló también la responsabilidad del lector de poesía, pues para leer poesía hace falta también “inspiración”.
Enrique Gracia Trinidad, fiel a su prestigio de agitador de conciencias señaló la proliferación perniciosa de pseudo-poesía en diferentes estilos (o falta de estilo) y la falta de rigor de ciertos perpetradores de poemas, recordando que para hacer poesía hace falta el don y luego practicar, leer, leer, leer, estudiar y esforzarse. No vale con poner frases cortas una encima de otra. Eso no es un poema sino la lista de la compra, afirmó.
Javier Lostalé, a través de diversas citas de grandes autores nos introdujo en el concepto de poesía como destino, como sacerdocio, que exige rigor y entrega constantes, tanto en el acto creador como en el lector, pues es el lector quien consuma el poema. “¿Decir lo visible de lo visible? Mejor callarse”, nos recordó que dijo Ezra Pound, y nos apuntó a que la poesía se hace en la intersección de lo temporal y lo  intemporal de modo que el verdadero poeta no narra la experiencia sino la huella de esa experiencia, lo que lo conecta al poeta con todos los humanos. “Escribo porque me salva…”, dijo en un extraordinario poema para concluir.

Intervenciones desde el público ahondaron en la responsabilidad de la educación (la mala educación, con profesorado en ocasiones poco ducho en poesía) en la desafección de los ciudadanos por la lírica (Montse Cano fue más allá señalando el interés de ciertos poderes establecidos por la “deseducación” como instrumento para facilitar el dominio de los ciudadanos a través de la ignorancia; y en una reflexión sobre lo que se publica en otros países como EEUU, Canadá o Alemania, ofreciendo una imagen positiva respecto a la edición de poesía en España en comparación con otros lugares.

A continuación tuvimos una muestra extraordinaria de cuatro poetas impresionantes que demostraron la viva diversidad de la poesía española contemporánea. Julio Castelló haciendo un ejercicio de “meta-diversidad” nos leyó una muestra de poemas suyos de corte radicalmente distinto distintos entre sí, demostrando que la diversidad poética no sólo afecta a las diferentes estéticas de poetas distintos sino que el poeta más dominado por al autenticidad, no es aquel que se clona a sí mismo incansablemente sino el que se pone en duda huyendo de las propias certezas que haya alcanzado. 
Elvira Daudet, con su inclemente capacidad para versificar el dolor y el abandono, nos dejó el alma una vez más en un puño. Paco García Prados, a través de su alter ego José García, nos demostró cómo la poesía es un arma de construcción masiva cuando ahonda en los mecanismos de la naturaleza violenta del hombre mismo. Y lo hizo con su lírica impactante, que no hace concesiones a nada ni a nadie, incluido él mismo. Cerró la lectura Rafael Soler poeta y narrador y viceversa o más bien sólo poeta, pues sus novelas no son sino poesía sin hemistiquios [lo que trae a colación la frase que en la introducción del acto se hizo de Cortázar: “… sospecho una vez más (de) esa seriedad que pretende situar la poesía en un pedestal privilegiado, y por culpa de la cual la mayoría de los lectores contemporáneos se alejan más y más de la poesía en verso, sin rechazar en cambio la que les llega en novelas y cuentos y canciones y películas y teatro, cosa que permite insinuar, a) que la poesía no ha perdido nada de su vigencia profunda, pero que b) la aristocracia formal de la poesía en verso (y sobre todo la manera con que poetas y editores la embalan y presentan) provoca resistencia y hasta rechazo por parte de muchos lectores tan sensibles a la poesía como cualquier otro…”]. Rafael Soler, para nada aristócrata formal de la poesía sino justamente todo lo contrario, nos recitó unos certeros y emocionantes poemas de esos que muy pocos son capaces de escribir, en los que la aparente trivialidad de un acto, vista desde el lugar inesperado e iluminada con una imprevista luz nos hacen ver una realidad distinta de la que un simple humano puede ver sin ayuda del poeta…
Finalmente, para bajarle las ínfulas a los ocho poetas egregios que allí empezaban a sentirse demasiado crecidos… el moderador no tuvo más remedio que cerrar el acto con un soneto de Calderón que puso las cosas en la justa medida de su importancia habida cuenta la frágil y efímera naturaleza humana…




Soneto “A las flores" (de “El príncipe constante”)

Estas que fueron pompa  y alegría,
despertando al albor de la mañana ,
a la tarde serán lástima vana,
durmiendo en brazos de la noche fría.
Este matiz  que al cielo desafía,
iris listado  de oro, nieve y grana ,
será escarmiento  de la vida humana:
¡tanto se emprende en término de un día!
A florecer las rosas madrugaron
y para envejecerse florecieron;
cuna y sepulcro en un botón  hallaron.
Tales los hombres sus fortunas vieron:
en un día nacieron y expiraron;
que, pasados los siglos, horas fueron.

1 comentario:

Enrique Gracia Trinidad (EGT) dijo...

Fue muy agradable compartir esa tarde con tantos amigos y, tal vez, algún enemigo (que son la sal de estas cosas)